Los trastornos musculoesqueléticos, también llamados TME, son una de las enfermedades de origen laboral más comunes en toda Europa y un riesgo inherente a la actividad logística de una empresa. Afectan principalmente a la espalda, el cuello, los hombros y las extremidades y pueden generar desde pequeñas molestias a bajas laborales o incapacidad en los casos más graves.
Según la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU-OSHA), los TME pueden llegar a costar miles de millones de euros a los empresarios; por lo tanto, evitarlos tiene muchísimo sentido desde un punto de vista empresarial. Por otro lado, minimizarlos ayuda a mejorar las vidas de los trabajadores y tiene un gran impacto en su productividad y actividad diaria. Para ello, la EU-OSHA ha puesto en marcha la campaña Trabajos saludables 2020-2022. Su objetivo consiste en apoyar la prevención de los TME y la gestión de los TME crónicos de origen laboral en el puesto de trabajo, sensibilizando y orientando sobre buenas prácticas a las autoridades nacionales, las empresas y las organizaciones sectoriales.
¿Qué es un trastorno musculoesquelético?
Un trastorno musculoesquelético es una lesión que afecta a los músculos, nervios, tendones, ligamentos, huesos, cartílagos o vasos sanguíneos. Generalmente se produce por la repetición de movimientos, como la flexión, la extensión o la torsión, las posturas fijas o las vibraciones continuas. Los TME relacionados con el trabajo se producen por tareas como levantar, empujar y cargar objetos.
Estos son algunos de los TME más habituales, junto con la parte del cuerpo en que se desarrollan:
- Síndrome del túnel carpiano, en la muñeca
- Síndrome del manguito rotador, en el hombro
- Epicondilitis, en el codo
- Lumbago y lumbalgia, en la espalda
- Síndrome cervical por tensión, en el cuello
- Higroma, en la rodilla
Síntomas habituales de un TME
Los TME se originan cuando el cuerpo está demasiado expuesto a tensiones físicas intensas o a gestos repetitivos. Este tipo de trastornos no son inmediatos, sino que suceden de manera progresiva y evolucionan pasando por estas fases:
- En la primera fase, el dolor solo se siente durante el periodo laboral. El trabajador empieza a sufrir pérdida de fuerza o de movilidad.
- Más adelante, el empleado nota que el dolor es más significativo. Comienza en su jornada, pero se mantiene por la noche cuando ha vuelto a casa.
- Finalmente, se confirma la enfermedad. La persona ya no puede realizar sus tareas de forma correcta.
Lo recomendable es acudir a consulta médica durante los primeros síntomas. En caso de tratarlos directamente en la fase tres, existe el riesgo de que estos trastornos musculoesqueléticos ya no desaparezcan y dejen secuelas irreversibles.
¿Cómo diagnosticar y tratar un TME?
En caso de que un empleado note síntomas compatibles con un TME, lo primero que tiene que hacer es acudir a la consulta de un médico para que este evalúe e identifique sus lesiones corporales. Las preguntas al paciente sobre las condiciones laborales ayudan para determinar si estas lesiones provienen de la actividad profesional.
Una vez diagnosticado el trastorno musculoesquelético, estos son algunos de los métodos empleados para tratarlos:
- Aplicación de frío o calor. El médico determinará la aplicación de una temperatura u otra en función de la patología para provocar alivio en la zona dolorida.
- Eliminación de movimientos. Aunque cambiar de puesto o posición puede ser una solución para aliviar al trabajador, hay que tener en cuenta la posibilidad de que surjan nuevos TME.
- Ejercicios adaptados. El fisioterapeuta puede ofrecer ejercicios para reducir la tensión corporal del paciente, para realizar tanto en el puesto de trabajo o en casa.
- Medicamentos. El consumo de antiinflamatorios alivia el dolor, pero estos siempre deben recetarse bajo prescripción médica.
- Cirugía. En caso de que las lesiones sean muy graves, la cirugía es el último recurso.
Logística: Desde la recepción a la expedición
Los accidentes laborales son dos veces más frecuentes en el sector de la logística que en cualquier otro debido a la gran actividad física. Para prevenir los accidentes, el primer paso es un análisis detallado del entorno de trabajo y de las diferentes tareas que tienen lugar en un almacén:
- Recepción de mercancías
- Almacenamiento y organización de los productos en el almacén
- Etiquetaje de los productos y su clasificación
- Preparación de los bultos o paquetes
- Expedición de la mercancía
Estas tareas requieren de numerosos movimientos, que implican, en ocasiones, levantamiento y manipulación de cargas pesadas, posturas forzadas, movimientos bruscos, vibraciones… Para evitar las lesiones se deben estudiar los riesgos asociados a cada puesto de trabajo y adoptar las medidas necesarias.
En la Unión Europea, el 28% de los trabajadores del sector del transporte sufren dolor de espalda y un 25% dolor muscular. En España, entre enero y mayo de 2022, se han registrado 16.680 accidentes de trabajo que han ocasionado bajas en el sector del transporte y la logística. Esto supone un incremento del 12,15% respecto a los primeros meses del pasado año.
¿A qué riesgos pueden estar expuestos los operarios de almacén?
Los riesgos a los que se enfrentan los empleados en un almacén son muy diversos:
- Dolor, hormigueo, calor, calambres… Son los principales síntomas asociados con los TME.
- El uso intensivo de ciertas áreas musculoesqueléticas puede provocar lesiones graves.
- También existen limitaciones medioambientales: corrientes de aire, demasiado calor o temperaturas demasiado bajas presentan riesgos potenciales para los empleados de un almacén.
- Aumento de la fatiga auditiva si están expuestos a sonidos estridentes y a volúmenes altos.
1. Accidentes de trabajo
Los posibles accidentes de trabajo en un almacén también pueden deberse a problemas organizativos: riesgos ligados con la circulación de personas, carros, toros y cualquier otra máquina que circule por el almacén.
- Esguinces, dislocaciones, fracturas, hematomas…
- Caída de algún producto pesado
- Productos peligrosos (químicos y/o biológicos)
2. Restricciones físicas
- Vibración de cualquier maquinaria del almacén
- Riesgos de exposición al frío (por ejemplo, en una cámara frigorífica)
- Cargar objetos manualmente
- Estar de pie de forma prolongada
- Gestos repetitivos
- Movimientos forzados: columna vertebral, hombros, codos y muñecas
¿Cuáles son las acciones para prevenir los trastornos musculoesqueléticos?
1. Revisiones médicas periódicas
Las visitas médicas regulares son absolutamente esenciales para profesiones tan físicas. El médico puede verificar el estado de salud de las personas que trabajan en un almacén y advertir en caso de trastornos graves, recomendándose una revisión anual.
Durante la visita médica, se debe tener en cuenta:
- La capacidad del empleado para soportar cargas superiores a 55kg.
- Que se haya llevado a cabo un examen clínico para verificar la capacidad profesional de los empleados y que no se haya detectado ningún síntoma como dolor o incomodidad.
2. Acciones preventivas
Es posible limitar los TME mediante acciones preventivas y organizativas en el almacén:
- Forma al personal del almacén sobre cuáles son las acciones correctas que adoptar en el lugar de trabajo.
- Organiza áreas de almacenamiento para mejorar el acceso y garantizar la seguridad de los empleados.
- Crea áreas bien definidas de circulación y almacenamiento.
- Establece reglas y áreas de tráfico.
- Optimiza los puestos de trabajo colocando las herramientas más utilizadas más cerca, y aplica criterios de ergonomía al montaje de los puestos de embalaje.
- Coloca sillas y taburetes para que los empleados que tengan que trabajar de pie puedan reposar.
- Instala alfombras antifatigas. Son cómodas para posiciones de bipedestación prolongada, absorben los golpes y mejoran la circulación sanguínea.
- Utiliza el equipo de manipulación adecuado para cada mercancía (peso, forma, volumen).
- Revisa el buen estado de las estanterías para evitar que se caiga la mercancía.
- Reemplaza el equipo en mal estado, como palets por ejemplo.
- Introduce el material de almacén adecuado para facilitar el trabajo de los operarios y prevenir accidentes. Por ejemplo el uso de carretillas o transpaletas para manipular mercancías.
- Adapta las herramientas de trabajo a la morfología de los empleados para reducir la aparición de estos trastornos.
- Dota a la empresa de herramientas de mecanización que facilitan el trabajo y evitan riesgos. Una transpaleta permite acceder a las mercancías sin agacharse.
- Limita el peso de los paquetes de los productos.
- Realiza vigilancia médica. Los empleados deben someterse a un examen médico cuando son contratados y después conviene que realicen visitas regulares.
Gracias a estas acciones, los posibles riesgos a los que están expuestos los empleados se disminuirán considerablemente.
Los 5 puntos clave que recordar:
- Los trabajadores de almacén realizan muchos esfuerzos físicos y están más expuestos a los TME (trastornos musculoesqueléticos).
- Para evitar lesiones es importante la prevención, que pasa por realizar una correcta evaluación de los riesgos en función del puesto de trabajo y las tareas que realizar, además de visitas médicas regulares.
- Formar al personal en materia de prevención de riesgos laborables.
- Dotar a los empleados de los recursos que les permitan realizar su trabajo de la forma más adecuada (diseños ergonómicos, maquinaria…).
- Organizar el almacén y los puestos de trabajo bajo el enfoque de la prevención de trastornos musculoesqueléticos.
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